sábado, 7 de julio de 2012

Inéditos

UN RELATO

RELATO DE UNA FORASTERA
No son muchos los recuerdos que tengo de mi pueblo, bueno no es mi pueblo, es el pueblo de mi madre pero lo siento como si fuera mío, como si hubiese nacido allí, aunque nunca fue así.
        Mi pueblo tiene muchas cosas peculiares, por ejemplo cuando un forastero, como allí dicen (porque le contaré al lector que Villargordo tiene su propio lenguaje) llegaba al pueblo por primera vez lo que oía una y otra vez era aquello de: "Ea nena y tu ¿de quién eres?" y recuerdo entonces que yo contestaba: - "Nieta de Úrsula La Pollera"- y entonces ya sabían un pedazo de mi vida -"¡Ah! y de Juan El Pintao", añadía después y en tan sólo dos segundos ya habían averiguado quienes eran mis padres, a veces mis hermanos, algunos de mis primos y parte de mis raíces, y aunque resulte curioso lo único que desconocían era mi nombre.  Si desde lejos ya te habían identificado lo que podías oír era un: "¡Oy qué bonica y qué grande te has puesto!" seguido de cuatro o cinco estruendosos y sonoros besos en la mejilla.
        Me han contado que mi abuelo también decía alguna que otra frase de estas tan particulares propias de los villargordeños.  Dicen que solía despedirse de la gente con los famosos "Mealegros". ¿Qué es eso? se preguntará el lector.  Pues está clarísimo mi abuelo en lugar de un simple -"Adiós, hasta luego hombre" decía: " Bueno adiós me alegro mucho de verte nene". A mí me resulta curioso, extraño pero a la vez tan encantador.
        Mi madre también tiene extrañas costumbres en lo que a su pueblo se refiere, siempre que llegamos al pueblo, antes de ir a ningún otro sitio hay que ir hasta "El pecho la ermita" para dar las gracias al "Señor De La Salud" por haber llegado bien.  A mí se me está pegando esa costumbre aunque yo prefiero ir al cementerio porque allí hay alguien muy especial, pero si viajamos juntas, ella siempre gana y acabamos visitando al "Señor de La Salud" aunque sea por un minúsculo agujerito, porque la mayoría de las veces la ermita está cerrada.
        Recuerdo muchas cosas de los veranos en Villargordo. Mágicos y nostálgicos recuerdos me quedan de un borrico. El burro del "Chacho Chico". No sé ni donde estaba ni como llegaba a él pero paseos encima del burro sí que me di, debieron de ser unos cuantos porque tengo cientos de fotos encima del burro.  Por aquel entonces me gustaba montar en burro, pero las cosas han cambiado desde aquellos tiempos, ahora les tengo un poquito más de respeto, sobre todo desde que me caí de uno, el golpe no fue grande, pero el susto sí.
        También recuerdo que nunca tuvimos casa propia, ¡Ya nos hubiera gustado! (principalmente a mi madre), pero dormíamos de prestado aunque teníamos la sensación de estar en nuestra propia casa, en unas palabras "Nos sentíamos cómodos" y eso es lo que cuenta.  Hemos dormido en cuatro casas diferentes, aunque sólo por fuera, por dentro los ambientes eran bien parecidos.  Las casas de Villargordo tienen tres o cuatro cuerpos, algunas dos plantas pero casi todas patio.  A veces el baño se sitúa en el patio y esto se convierte en un verdadero problema cuando estamos en invierno.
        La primera casa en la que nos aposentábamos se situaba a las afueras del pueblo, en la carretera de Mengíbar, yo era muy pequeña y tengo pocos recuerdos de aquella casa, sólo recuerdo su inmenso huerto y su botijo.  ¡Caray con el botijo!, ¿es que no hay vasos?.  La gente del pueblo bebe en botijo, yo no sabía beber en botijo, con el paso del tiempo voy practicando y algo he aprendido pero si hay un vaso no dudo en utilizarlo.
        Nuestra segunda posada se sitúa en la calle Jesús. De allí tengo recuerdos muy intensos, yo era pequeña, pero lo suficientemente grande como para hacer travesuras.  Con mi prima me lo pasaba bomba, excepto cuando mi abuela y mi tía se quitaban la zapatilla y corrían tras nosotras para que nos echáramos la siesta.  Nunca me han gustado las siestas y sigo sin echármelas.  En aquella época las fiestas de "Santiago" (el patrón del pueblo), eran lo más.  Además recuerdo que aprovechábamos para llegar tarde por la noche como era un pueblo, y además el de mi madre, mis padres me dejaban trasnochar más que en Móstoles que es donde vivo.   Recuerdo que había baile, que había que pagar para entrar, que la gente paseaba, arriba y abajo del paseo, la caseta municipal, las reinas de las fiestas caminaban de un lado a otro del pueblo con sus bandas colocadas...
        Unos años más tarde, mi tío compró una casa en la calle Granadillo, aunque si preguntas por ella, no todo el mundo la conoce, para que te lleven allí, tienes que preguntar por la calle "La Parra", ¡Con razón nunca me llegaban las cartas que me enviaban desde Móstoles!.  En esta casa nos juntábamos, mis tíos, mis primos y mi abuela. Éramos muchos pero no demasiados porque juntos nos lo pasábamos bien.  Mi tío tenía una cochera, (me reservaré el apodo de ésta).  Aquí he pasado muchas horas esperando a que terminara de fermentar el vino espumoso que mi tío elaboraba y al cual dedicaba especial atención.  Las fiestas de "Santiago" seguían gustándome ahora me había hecho un poco más mayor y salir por la noche, ir a la discoteca, visitar los cines de verano molaba ya lo creo que molaba.  Como yo había crecido empecé a tomar conciencia de los que las fiestas representan para los habitantes de este peculiar y anodino pueblo: "Villargordo".  Le contaré al lector mi visión particular de las fiestas.
        El 24 de julio es el día que empieza todo, ese día sacan al "Señor De La Salud" de la ermita.  A las 22:00 de la noche más o menos se concentra todo el pueblo en el "Pecho" la ermita (y digo más o menos porque la cuestión de la puntualidad en Villargordo no se lleva).  Tiran fuegos artificiales y bajan al "Señor" en procesión a la iglesia de la plaza del pueblo.  El "Capataz” dirige a los costaleros y los fieles seguidores (es decir todo el pueblo y todos los que venimos de fuera) bajamos acompañando al Cristo, unos bajan descalzos, otros llevan velas..., eso depende de la promesa que tengas.  Es impresionante porque en cuestión de minutos casi todos los habitantes del pueblo y los forasteros están concentrados en el mismo lugar a la misma hora, como los villargordeños dirían: " Ea pue entonces a las die en el pecho la ermita nena".  Yo me pregunto ¿Cómo puede un pueblo tan pequeño albergar a tanta gente?  El recorrido de la procesión, es siempre el mismo y no se te ocurra decir que lo cambien porque puedes tener serios problemas.   Para que el lector se sitúe, le diré que desde la ermita hasta la iglesia de la plaza a un paso normal puedes tardar unos cinco minutos, la procesión sin embargo tarda alrededor de dos horas, esto se debe a la lentitud del paso y a las diversas paradas que se realizan en el trayecto. En cada parada el "Hermano Mayor" (que lleva la banda y la vara) se detiene y con él toda la comitiva y el capataz (que es quien dirige a los costaleros) o uno de los propios costaleros grita: -"¡Viva el señor De La Salud!" y los fieles seguidores contestan: "¡Viva!".  Es curioso ver como cada año en el mismo sitio (esquina de la C/ Jesús ) se paran frente a una imagen (de un Cristo) que hay en la pared y bailan al Cristo que llevan los costaleros, lo bailan y lo bailan y toda la emoción de ese pueblo se palpa en el ambiente y en sólo unos minutos el pueblo entero huele a devoción. Muchas personas se salen a la puerta de la calle para ver la procesión, otras se asoman a los balcones, esto demuestra cuán importante es este acto para los villargordeños.  Una vez acabada la procesión y metido al Cristo en la iglesia, la gente baja al paseo, al baile, a la feria y allí cada uno aguanta hasta que quiere.  Los jóvenes van a la discoteca que ahora ya hay varias y algunas son de verano.   La noche del 25 de julio es la noche especial, la verdadera fiesta.  Esa noche todo el mundo estrenaba ropa o se vestía con sus mejores galas. Mi tío siempre me decía dos frases fascinantes, la primera era:- “Esta noche hay que dar el golpe" y eso quería decir que tenía que vestirme de punta en blanco.  Yo daba el golpe pero en el suelo porque por aquel entonces las calles aún sin asfaltar estaban llenas de piedras y yo siempre he tenido facilidad para caerme.  La otra frase era: " Pareces la más guapa de España y parte de Cuenca".  Las fiestas acaban el día 28 de julio.  Por la tarde una antigua costumbre se sigue practicando, consiste en pesar con romana a los niños o mayores y aunque en tiempos más remotos pesaban sólo a los niños a la salida y a la entrada del Cristo, justo antes de empezar la procesión y se pagaba con trigo los kilos de peso ahora los tiempos han cambiado y se paga con euros.   El 28 de julio por la noche se reúne todo el mundo en la plaza de la iglesia para sacar al "Señor De La Salud" y subirlo de nuevo a la ermita (en procesión). Es el fin de fiesta.  Esa noche hay una traca final a las 2:00 de la madrugada y en tiempos lejanos recuerdo una pelea de tallos en medio del paseo entre los más jóvenes, para dar por acabadas las fiestas.

        Otra cosa rara de mi pueblo son los tallos. No son parte de un árbol, son como los churros pero más gordos y como las porras pero más finos, bueno sólo sé que están buenísimos y que no puedes irte de allí sin probarlos y que cada noche de las fiestas antes de acostarte tienes que tomártelos con chocolate por supuesto. 
        La cuarta casa donde me acoplo cuando viajo a Villargordo se sitúa en la calle Ramón y Cajal, más conocida como la Calle "El Pilar", la llaman así supongo porque hay un pilón que antiguamente servía de abrevadero, hoy en día está lleno de peces.  Es una casa curiosa, tiene dos plantas, tres cuerpos y un patio. En la planta de arriba hay tres habitaciones (antes eran dos), una es "El Zulo" (así la llamamos porque no tiene ventanas), en otra cuando duermes parece como si los tractores te pasaran por los pies de lo que se oyen y finalmente la otra está bien si no fuera por el gallo mañanero que te despierta a las 7:00  aunque estemos en fiestas. A pesar de esto cuando llegamos los tropecientos que allí vamos,nos peleamos (en broma) por las habitaciones.  En definitiva lo que nos importa es que estamos juntos, el ambiente huele a limpio, la risa se contagia y el cachondeo es continuo, vamos, que nos sentimos cómodos y eso es lo que vale.   Un detalle importante el baño no está en el patio, se encuentra dentro, aunque le aclararé al lector que por las mañanas, el baño es como la carnicería hay que pedir la vez.  Nos juntamos mucha gente, y aunque al principio no había habitación para todos tirábamos colchones al suelo y a dormir.   Recuerdo entrar a casa buscar un colchón vacío colocarlo donde hubiera espacio y a dormir tocan. Para comer hay que hacerlo por turnos y para cenar mucho más fácil- “pipirrana y cosas”, dice mi madre.   Aquí he pasado momentos muy agradables y tengo vivos y gratos recuerdos.  Hemos realizado excursiones variopintas. La de Cazorla por ejemplo una de las más genuinas.  De esa casa me quedo con las grandes comilonas, las torrijas, un poco de fantasía, varias sesiones de migas, la alberca de Carchinilla (finca del primo Juanito) en verano, trocitos de ilusión, algún que otro choto, la palabra diversión flotando en el aire, un ambiente cálido y humano, largas siestas con ventiladores de diversas formas, tamaños y colores repartidos por toda la casa, mucho alboroto y ¡calor, mucho calor!.  Yo siempre que voy a Villargordo en verano no lo dudo lo primero que pongo en mi maleta es un ventilador.
        Es curioso pero a la vez tan enigmático, sentir un no sé que cuando mi coche se desvía en Mengiíbar, el aire huele a limpio y las palabras saben a fresa, sobretodo el alma se me impregna de nostalgia cuando pasamos por “La Vega” y me vienen a la mente viejas historias que me han contado acerca de mi tío.
         En resumen así es Villargordo visto desde mi ángulo que aunque soy forastera llevo un pedacito de este pueblo conmigo.                                               R.C.
                                                              
                                        




UN CUENTO

                           ALICIA DOS COLETAS

Había una vez una niña que se llamaba Alicia “Dos Coletas”.  Alicia “Dos Coletas” tenía cinco años, vivía en Móstoles y tenía muchos amigos.  “Dos coletas” estudiaba 3º de Educación Infantil y le gustaba mucho pues de mayor quería ser policía o astronauta aquello de  detener a los malos o viajar por el espacio le fascinaba.  Aquella mañana antes de salir de casa su madre le dijo:
-          - No  te entretengas en el parque “Dos coletas”  y ten cuidado que he oído que hay por ahí un flautista que  viene desde Hamelín y encanta  a las niñas  con la música de su flauta y luego se las come, así que no hables con extraños, vete derecha al colegio y date prisa que llegas tarde.
         Alicia  “Dos coletas” miró el reloj, comprobó que eran casi las 9,00h y cogiendo su mochila al vuelo salió de casa.  Alicia “Dos Coletas” atravesaba el parque y caminaba deprisa porque la sirena iba a sonar de un momento a otro. De repente un caballero con un zapato de cristal en la mano y con aspecto de príncipe de cuento apareció justo frente a ella.
-          - Hola Alicia “Dos Coletas” ¿Te quieres casar conmigo?, le dijo el joven.
-          De eso nada, contestó Alicia, además tengo prisa, llego tarde al colegio, déjame pasar.
-          Tengo mucho que ofrecerte, estarías todo el día sentada – añadió el príncipe-, escuchando música y cantando canciones.
-         -  ¡Pues vaya aburrimiento!, que no bonito que no.  No deberías de malgastar tu tiempo pidiéndole a chicas que se casen contigo, deberías hacer algo de provecho, como yo que voy al colegio y por cierto aparta que llego tarde y tengo clase de inglés con la “Teacher “ Carmen y me va a poner falta.
Alicia “Dos Coletas” mirando su reloj, continuó su camino más deprisa todavía.  El malvado flautista de Hamelín que había observado toda la escena continuó detrás de ella relamiéndose, pensando en el suculento manjar que aquella noche iba a tener (niña a la parrilla).  Alicia “Dos Coletas” pensando que las  puertas del colegio ya estarían cerradas, decidió tomar un atajo.  El malvado flautista de Hamelín se colocó justo delante de ella.
-          - ¿Dónde vas Alicia “Dos Coletas”?, le preguntó el flautista.
-          - Pues mira bonito al colegio y llego tarde, contestó “Dos Coletas.”
-          - No te preocupes porque ‘tocaré y tocaré y con mi flauta te encantaré’ y se te acabarán los problemas porque de un solo bocado te comeré.
-          Mira no tengo tiempo para tonterías, déjame pasar ahora mismo, como me ponga falta la señorita Cristina te vas a enterar- le contestó Alicia muy enfadada.
-         -  Te digo que te voy a comer, dijo el flautista.
Alicia casi como en un susurro de voz se acercó a él y le dijo: -deberías aprovechar el tiempo y  estudiar algo bonito en lugar de dedicarte a perseguir  niñas  encantarlas y comértelas.  Te estás estropeando los dientes, se te pican las muelas, yo que tú me lo pensaría dos veces, los dentistas hoy en día cobran una barbaridad.
El Flautista pensó por un momento y dijo:
-          - ¿Qué tengo que hacer para ir al colegio?
-          - Mira  vente conmigo, te llevo a mi clase y mi señorita Cristina te lo explica,- le contestó “Dos Coletas”
-          - Trato hecho, añadió el flautista
            
           El malvado flautista dejó de encantar a niñas para comérselas y se convirtió en un buen estudiante igual que “Dos Coletas”, ambos estudiaron para ser astronautas y finalmente se compraron una nave espacial y juntos viajaron a la luna donde se casaron y fueron felices.

            En cuanto al príncipe del zapato de cristal, nunca encontró a su princesa y acabó en un casting de operación triunfo cantando baladas junto a David Bisbal y  tres ratoncitos que formaban el coro.
Y colorín colorado, Alicia “Dos Coletas” por fin al espacio ha viajado.

                                                                                                                                                                                R.C.



MISCELANEA

Si no puedes ser
 un pino en la colina,
se maleza en el valle.
Se maleza mejor junto al torrente.
Si no puedes ser
Camino real,
Se atajo.
No vencerás por el volumen,
Si no por ser el mejor
De lo que seas.

                                   


¿QUÉ ES UN BESO?
What is a kiss?
You ask me.
A kiss is something,
That you feel and
 you can’t explain.
If you want to answer
put your lips on my mouth
and you’ll know that is to kiss.

                            
   
     No camines nunca delante de mi.
     No camines detrás de mi.
     Camina simplemente a mi lado.

                  


            Aquel día cuando bajaba por las escaleras del metro, aun lo recuerdo, le dije a mi amiga mi gran secreto. ¿por qué?  ¿por qué tiene que pasarme a mi todo esto?. ¿Por qué escucho a REM y mi estado de ánimo cambia?.
        Si hay algo de lo que en realidad me siento orgullosa es de una cosa.  Seré una egoísta pero yo tengo algo en la facultad que ellos no tienen.  Si,  tienen miles de chicas  su alrededor pero no tienen amigos. Un amigo es alguien que te acepta como eres sin careta, cosa que ellos usan todos los días. Es como si yo llevara la misma dirección que una horrible bola mecánica, una estúpida máquina, con hojas de acero y corazón de plástico.  Esa estúpida bola es algo que me enganchó como un pulpo y ahora no puedo soltarme.
          Creo que el tiempo puede curar grandes heridas pero me pregunto como algo o alguien puede causar tanto daño, aunque ayer mismo vi una señal (de tráfico por cierto), que ponía " Prohibido sufrir", y al lado había otra en la que se leía " permitido ser feliz".

                              R.C.


POEMAS INFANTILES


MI SEÑO CRISTINA

Mi seño Cristina,
me enseña canciones,
me da pegatinas,
y buenas razones. 

Me escucha discreta,
me cuenta unos cuentos,
pintamos caretas,
creamos inventos.

Mi seño Cristina,
es alta y serena,
me enseña rutinas,
me quita las penas.

Cristina es morena.
Se rie un monton.
Tiene larga melena,
Y un buen corazón.

Hola Cristina.
Me haces soñar,
contigo a la China,
podria volar.

Me enseña a leer,
también a escribir,
a saber perder,
y a intentar sonreír.

Me enseña la "A", la "E" y la "I".
Me enseña a pintar.
A ser muy feliz.
A ir despacio para no tropezar.

Recita poemas.
De diversos temas.
Me abrocha el abrigo
y siempre esta conmigo.

Contigo reímos , lloramos, jugamos...
soñamos princesas, castilllos, dragones...
Tambien recitamos,
y pintamos leones.

Contigo inventamos,
palacios, enanos,gigantes...
A veces bailamos,
y otras somos elefantes.

Nos enseñas a caminar
y juntos crecemos.
También a perdonar
Y a compartir lo que tenemos.

Mi seño Cristina
me ata el cordón.
Me da plastilina,
me lleva de excursión.

Así es Cristina,
contagia ilusión,
nos da golosinas,
nos sube en dragón,
hasta una colina,
del mismo Japón.

       R.C.


PAPAITO
Hola papaito,
nos haces soñar.
Hasta el cielo cielito,
podríamos volar.
Así es papá,
reímos con él.
Le encanta jugar,
y se llama Gabriel.

Es fuerte como un león,
alto y robusto.
Le queremos mogollón.
Es dulce y justo.

Tiene un coche grande.
Le gusta conducir,
que nadie le mande
y dormir y dormir.

Con el inventamos,
palacios,princesas, gigantes...
A veces cantamos
y otras somos elefantes.

Nos enseña a caminar
y juntos crecemos.
También a nadar
y a compartir lo que tenemos.

Nos da ideas, soluciones,
que desconocemos
sueños, ilusiones
y poco a poco aprendemos.
Hasta luego papaito.
Te queremos un montón.
Hasta el cielo, cielito,
llegaríamos en dragón.

          R.C.



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